De cómo te acusan en Estados Unidos de tráfico de drogas ‘’por apretar los glúteos’’ y te someten a exámenes prostáticos por doce horas, sin haber pedido “segundas opiniones médicas”

09.11.2013 14:42

    

De cómo te acusan en Estados Unidos de tráfico de drogas  ‘’por apretar los glúteos’’ y te someten a exámenes prostáticos por doce horas, sin haber pedido “segundas opiniones médicas”
 
Creo que está meridianamente claro que todo hombre después de cumplidos los cuarenta años necesita de un examen rectal para auscultar problemas de próstata.  Eso a diario lo dicen en las notas de salud en el “tubo bobo”  Es obvio que el dictamen para  realizarlo debe ser expedido por un  profesional de la salud a estos fines, en este caso particular debiese ser un urólogo.
 
A David Ecker, comerciante de metales y  chatarra le hicieron el fastidioso examen por espacio de doce horas a pedidos de la policía de Alburquerque, Nuevo México, pero no porque padeciese de incontinencia urinaria, disfunción erectil, chorro flojo de la orina o gotereo nocturno relacionados a problemas prostáticos. (el 2 de enero del 2013)
 
El hombre de 63 años fue detenido por una infracción menor ( se comió un pare).  Los agentes con guille de urólogos expresaron que el hombre al ser detenido aparente y alegadamente apretaba los glúteos; ¡pero bendito sea Dios, a lo mejor el hombre lo que tenía era unas “churras catalanas” y las apretaba por aquello de no mostrar la verguenza de su humanidad o quizás sencillamente se puso nervioso y estaba loco por tirarse un pedo y se puso trinco, por favor Luis …se dice “flatulencia” diría mi profesor de gramática española y filología en mis años de estudiante.  Cualesquiera que fuera el caso, el sexagenario negó el haber apretado sus glúteos. ‘’Lo juro por mi madre que en paz descanse, oficiales,  jamás he apretado el culo’’
 
Los oficiales alegan que el hombre escondía drogas en su anatomía, así que uno de ellos le pide a Eckert que voluntariamente se deje  hacer un examen  del recto en plena vía. El anciano se niega, lo arrestan, buscan una orden de un juez para cotejarle su cavidad anal y lo llevan a un hospital.  ¡Santo Dios, pero que afán con el trasero de un viejo de más de sesenta años! 
 
En la instalación médica (Gila Regional Medical Center en Silver City, Nuevo México) el médico de la Sala de Emergencias, le explica a los urólogos con pistolas que “ese tipo de examen tan invasivo era a su juicio   poco ético”  Bueno, el caso es que tienen una orden judicial, asi que le efectúan dos éxamenes del recto a “dedo limpio” aunque eso sea debatible jajajaja, le insertan tres enemas, y finalmente terminan con una clonoscopia con anestesia (aunque la orden del juez no especificaba una clonoscopia), después de doce salvajes horas sin encontrar droga alguna. 
 
El hombre que debe haber salido más “espatarrao” del hospital, que un vaquero de los 60 (Roy Rogers,Marshal Dillone, Hopalong Cassidy o Cheyenne), recibió encima de las doce horas con dedos, instrumentos largos y fríos ( lo peor del asunto es la camarita) y enemas insertados en su recto, una cuenta de $6,000 por servicios médicos. Aquí, la palabra “hijos de puta” adquiere  forma y geometría de dimensiones infinitas y de  difícil medición.
 
Los que andan ahora con “el culito a dos manos” son los tres policías, el  Regional Medical Center, el fiscal Daniel Dougherty y los dos médicos que se “curaron” por doce horas con el pobre viejo.  El hombre en cuestión los está demandando por varios millones de dólares por violación de sus derechos, violación médica y “mal practice”  Su abogada de apellido Kennedy alega que jamás había visto una orden de cateo en base “a una posible apretada de glúteos”, algo tan estúpido  y trivial como eso.
  
El Jefe de la Policía Brandon Gigante dijo que “ ellos siguieron la ley y todos los protocolos  y políticas establecidos a esos efectos” Bueno… si la politica de ese estado (Nuevo México) en particular es hacer que le revisen el culo a alguien por doce horas, y convertirlo en el hazmereir de la comunidad, por sospecha de esconder drogas en el trasero, hay que marcar ese lugar con una cruz roja y jamás visitarlo.
 
Ya me imagino a todos los viejos en Alburquerque cuando los guardias los detienen decir  “tranquilos oficiales estoy apretando el culo pero drogas no llevo, es que padezco de hemorroides”