Jano, January, Enero, Año Nuevo y el desenfreno de siempre

29.12.2012 11:05
 
Jano, January, Enero, Año Nuevo y el desenfreno desde siempre

Las festividades por la llegada del Nuevo Año, son bastante antiguas y nada recientes. Las mismas ya se celebraban según los escritos cuneiformes, en la Babilonia del tercer milenio AC. La fiesta, que tenía lugar a mediados de marzo, era importantísima. “En ese momento, el dios Marduk ( hijo mayor de Enki) decidía el destino del país para el año siguiente.” Se situaba, en el equinoccio vernal o de primavera, esto es, al comenzar esta estación, y los actos festivos duraban once días, en los que se hacían sacrificios, procesiones y ritos de la fertilidad. Los festejos modernos palidecen y se quedan cortos si se comparan con los de la Antigua Babilonia.

Los festejos eran inciados por un sumo sacerdote que, habiéndose levantado dos horas antes del alba y tras bañarse en las aguas sagradas del Éufrates, ofrecía un himno al dios local de la agricultura, Marduk, orando para pedir un nuevo ciclo de cosechas abundantes. Se pasaba el lomo de un carnero decapitado por los muros del templo, a fin de absorber todo contagio que pudiera infestar el sagrado edificio y, por extensión, la cosecha del año siguiente. La ceremonia recibía el nombre de Kuppuru, palabra que apareció entre los hebreos *casi al mismo tiempo , en su día de Reparación, o Yom Kippur.

*( Los hebreos nunca fueron muy originales y copiaron desde su religión hasta esta celebración de los habitantes de Sumer y Babilonia)

Desde el punto de vista astronómico y el agrícola, enero no era el mes o época propicia para comenzar simbólicamente un ciclo agrario o Año Nuevo. El sol no se encuentra en un lugar adecuado del cielo, como ocurre en los equinoccios de primavera y otoño y en los solsticios de invierno y verano, los cuatro acontecimientos solares que ponen fin a las estaciones. El traslado de este día sagrado se inició con los romanos.

Cabe enfatizar que, durante algún tiempo, los romanos también consideraron que el año empezaba en marzo, hasta que, en 46 A.C., el emperador Julio César decretó que diera comienzo el 1 de enero, un día ya dedicado a Jano (el dios romano de las puertas con dos caras, de ahí viene el vocablo anglosajón January, Januar en alemán Janeiro en portugués etc.) y que a partir de entonces también sería el primer día del calendario romano. Aunque cambió la fecha, se mantuvo el ambiente carnavalesco y de jodedera. *El 1 de enero la gente “se entregaba a excesos desenfrenados’’

*( bueno, parece que ésto nos viene de fábrica, miles de años han pasado y nada ha cambiado, al menos no tenían armas de fuego y disparaban al aire)

El cambio de fechas obedecía a artilugios de la política de la época. Según su antiguo calendario, los romanos consideraban el 25 de marzo, comienzo de la primavera, como el primer día del año. Sin embargo, los emperadores y los altos funcionarios alteraron repetidamente la longitud de meses y años para ampliar el tiempo de sus mandatos (los politicos siempre han hecho trampas). Este cambio produjo un año de 445 días, (año 46 AC) y se le conoce en la historia como ‘’El Año de la Confusión’’(imaginese la pelotera que se le formó a los agricultores))

Después que Roma impone a la trágala el cristianismo en el siglo IV, los emperadores siguieron organizando celebraciones de Año Nuevo. Sin embargo, la iglesia primigenia abolió todas las prácticas paganas (es decir, no cristianas), y por tanto condenó estas festividades como escandalosas y prohibió a los cristianos su participación en ellas.

A medida que la Iglesia consiguió conversos y poder, ( no del cielo y sí con el aval de emperadores como Constantino y la nobleza de la época) planificó estratégicamente sus propias fiestas para competir con las paganas, en muchas ocasiones aprovechándose de su popularidad. Para rivalizar con la fiesta de Año Nuevo, el 1 de enero, la Iglesia estableció su propia festividad en la misma fecha, la Circuncisión del Señor ( ¡pobre Jesús, cuando no anda de crucificado le rebanan el prepucio!), que todavía observan católicos, luteranos, episcopalianos y numerosas Iglesias ortodoxas de Oriente.

Durante el medioevo, la iglesia mantuvo una actitud beligerante y tan hostil hacia el antiguo Año Nuevo pagano, que en las ciudades y países predominantemente católicos esta celebración desapareció por completo. Cuando periódicamente volvía a resurgir, quedaba relegada y sepultada en el más abyecto olvido en poco tiempo y casi en todas partes.

En cierta época, durante la Baja Edad Media, desde el siglo XI al XIII, los británicos celebraban el Año Nuevo el 25 de marzo, los franceses el domingo de Pascua, y los italianos el día de Navidad, que era entonces el 15 de diciembre; sólo en la Península Ibérica (España Y Portugal) se observaba el 1 de enero. La aceptación general de esta fecha sólo data de los últimos 400 años.