Sobre el Trabajo

06.08.2012 12:33
 
‘’Que mucho trabajo dá hallar en que qué trabajar, que trabajo dá el no trabajar’’
 
                              Lamento de Concepción… Apolo Sound
 
‘’El trabajo dignifica al hombre, hay que trabajar incansablemente, ser esclavos del mismo,  hasta que la muerte nos separe’’  mmm ese es el paradigma que nos venden los zares del capitalismo, los amos del mundo, la corporatocracia reinante.
 
Veamos la etimología del vocabloTrabajo viene del latín, tripalium.   La palabra Tripalium que significaba literalmente ‘tres palos’ es un vocablo del latín vulgar del siglo VI de nuestra era, época en la cual  los reos eran atados al tripalium, una especie de cepo formado por tres maderos cruzados donde quedaban inmovilizados mientras se les azotaba.
 
Otra posible etimología, del latín trabs, trabis, traba, porque siempre es y será el instrumento de sujeción al hombre.  En Grecia el trabajo era considerado una  ‘’ocupación vil, indigna de los ciudadanos’’ Por consiguiente avalaban la esclavitud para que ese ‘’ciudadano’’ se dedicara a otros menesteres más ‘’sutiles’’ Filósofos como Aristóteles, creían que ‘’los hombres no nacían iguales, algunos eran libres y otros nacían en esclavitud, con el único propósito en esta vida que el trabajo, ellos de manera intrínseca sentían debían ser mandados y controlados por otros’’
 
Creo que aquí la cagaste de puta madre Aristóteles, sin importar tu legado a la humanidad, te unes como eslabón a una larga cadena de hijos de puta que hemos tenido a través del tiempo espacio. Todavía ando buscando la migaja  hostia de dignidad que puede haber en el trabajo (qué dignidad puede suponer ganar los  $7.55 por hora del Salario Minimo Federal).  Otra parcela más de ilusión, de control, de manipulación subyacentemente entretejida a la tortura y la explotación.
 
Parece ser que la senectud,  la vejentud, la andropausia, estar próximo a recibir  mi primer cheque de Seguro Social y el consumo desmedido de pastillas para la disfunción eréctil me tienen devariando y no le perdono ni le soporto pendejadas ni al mismo Aristóteles.