Sobre policías, ateismo, demandas y mentalidades del medioevo
12.03.2013 15:01
Sobre policías, ateísmo, demandas y mentalidades del medioevo
Este es el país de las controversias, nuevamente aflora otra y el tema de la religión nuevamente es el vórtice de la misma. El agente Alvin Marrero Méndez demanda a la Policía, al superintendente y otros supervisores, por un alegado patrón de hostigamiento por negarse a participar en los rezos que se efectúan en el cuerpo policiaco durante reuniones y eventos oficiales. La demanda incoada en el Tribunal Federal arguye que el policía en cuestión es ateo y que no tiene por qué participar de las actividades religiosas y de adoración que la Uniformada en ocasiones efectúa.
Volvemos a entrar en la discusión de uno de los estatutos establecidos en la Constitución, la separación entre Iglesia y Estado. El policía alega el haber sido removido de sus funciones regulares asignándosele lavar vehículos oficales y efectuar labores de mensajería todo por no practicar fe religiosa alguna, lo que está obviamente amparado en la Carta Magna. De todo ésto se desprende una serie de violaciones a leyes federales y locales.
La intolerancia está instalada al parecer en muchas de las conciencias de nuestros coterráneos; si eres católico te caen arriba los fundamentalistas, si eres fundamentalista te caen arriba los escépticos y libre pensadores, si eres ateo los estamentos del estado y los religiosos piden tu cabeza, el cadalso y la hoguera. Palos si bogas y palos si no bogas, ‘’como quiera que te pongas siempre tienes que llorar’’, como diría el personaje de Taberna India allá en los años 60.
Vivimos en pleno siglo XXI, ya es hora de entender que todos vivimos realidades distintas en base a nuestra educación, a la información que hayamos podido tener acceso, al entorno en que nos desarrollamos y a nuestro grado de evolución en la conciencia.
Aunque sea difícil de digerir e internalizar para una gran mayoría, existen ateos en Puerto Rico ( más de los que pudiésemos imaginar), y las mismas leyes que protegen y cobijan a los creyentes de cualquier fe también les amparan a ellos. Ser diferente en sociedades como la nuestra siempre acarrea éste tipo de discrimen y persecución, lo cual es inaudito.
Hay un núcleo de personas en nuestro país que creen poseer ‘’el monopolio de la verdad’’ en estos asuntos. Sin embargo para usted vivir su ‘’verdad ‘’como sea que usted la entienda, no tiene que andar demostrando, presionando y haciéndole creer a los demás que están equivocados. Eso a mi juicio supone un acto de pedantería intelectual.
Aspiramos a convertirnos en un país de avanzada, del primer mundo, pero nuestra mentalidad está aún anclada en el medioevo oscurantista. Al final y a la postre creer o no creer no te hace mejor ni peor persona y no debe ser motivo para arbitrariamente penalizarte, aislarte o castigarte.